De todos los regalos que me han hecho mis padres en reyes
recuerdo uno en especial, un libro de CSI. En ese momento estaba de moda y a mi
me encantaba la idea de poder meter a los malos entre rejas. Es curioso,
siempre me ha encantado leer y ese libro no me lo leí, solo recuerdo las
fotografía que habían ahí.
Recuerdo con especial cariño todas las cosas que me han regalado ellos pues se que siempre han cumplido mis caprichos y deseos de una forma u otra y ahora mismo me ahoga el corazón que no pueda hacer que se sientan mejor.
Recuerdo con especial cariño todas las cosas que me han regalado ellos pues se que siempre han cumplido mis caprichos y deseos de una forma u otra y ahora mismo me ahoga el corazón que no pueda hacer que se sientan mejor.
He sido caprichosa como nadie pero en un momento determinado
me toco crecer y ahora, habiendo perdido los “mejores” años de mi vida, que se
supone que son la universidad, solo puedo pensar que ojala les pudiera devolver
los favores que me han hecho.
Me arrepiento de muchas cosas y entre ellas, no haberme
leído ese libro. Si pudiera volver atrás
les diría que no me compraran el saxofón, que no me compraran los kimonos de
judo, que no me llevaran a las miles de actividades a las que me han llevado
pues no iba a llegar a nada. Y les diría que se guardaran ese dinero para que
ahora no vivieran tan ahogados. Odio esta crisis, odio tener que huir de este
país, estar lejos de los que quiero por querer ser algo que ni se.
He cometido millones de errores, le he dado importancia a
cosas que no la tenían y he desaprovechado el estar en mi casa cada minuto. Les
echo mucho de menos.
Echo de menos la sonrisa de mi madre cuando llegaba del
colegio y le decía que me había ido bien un examen y los lloros cuando llegaba
con las notas y los suspensos. Nunca he sido una estudiante excepcional, no he
llegado a ser la medico que quería ser pero siempre que me voy de casa le digo
que le quiero para que no se le olvide. Porque le quiero. Daría cada cosa material
que tengo por verla todas las veces que le echo de menos. Todos los días de mi
vida.
Es cierto, madre no hay más que una pero ella es la única
que sonríe cuando los demás lloramos, solo para hacernos creer que la vida es
menos dura de lo que parece.
Lo siento mama, siento no haber cumplido tus sueños de ser criminalista
como lo deseabas serlo tu. Pero te quiero, te quiero más que a mi vida y ojala
no tenga que vivir un día sin ti.