lunes, 14 de enero de 2013

El primero


Al principio duele, duele como dos cuchillos ardiendo, pero pasado el tiempo te acostumbras.  Es como esos dolores que no se van nunca de tu cuerpo y acabas conviviendo con ellos mas tiempo del que creías.
Lo malo es que cuando ese dolor se implanta en el órgano que necesitamos para vivir, parece que se expande por todo tu cuerpo, como la sangre por tus venas.
Eso es lo malo de enamorarte, que la primera vez que lo haces, es para siempre.
Nunca se siente igual cuando te besan por primera vez, ni cuando te tocan. Tu cuerpo no reacciona igual con su olor que con el resto y por mucho tiempo que pase, eso va a seguir así.
Y hablo del amor, del primero. No hablo de la primera relación amorosa y mucho menos sexual. Hablo de la primera vez que sabes que si el cae, tu caerás con el; de la primera vez que sabes que pueden hacerte pedazos sin apenas tocarte.
Hablo de cuando creíste tenerlo todo, sabiendo que no tenias nada.
Hablo de amor incondicional, aun sabiendo que discernía mucho de la imagen que tu tenias de un príncipe azul.
Cuando sabes que de esa persona no vas a poder olvidar nada,  es cuando estas totalmente perdido.

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